A pesar de lo que pueda parecer a primera vista, este no es un western tradicional ni una gran superproducción "bigger than life"; en cierta manera los sentimientos, valores y mensajes que muestra son más propios de películas más pequeñas e intimistas, y en este caso el lugar geográfico en el que se desarrolla la acción no es más que un mero envoltorio.
Dicho en pocas palabras, "Horizontes de grandeza" es un western que satisfará incluso a los más profanos en el género, ya que son tantos los temas que abarca que es imposible no verse atraído por alguno de ellos: lealtad, odio, rencor, pasión, miedo a lo desconocido, bondad...todo tiene cabida en este gran film. Casi, casi, tan grande como Texas.
En otras películas del oeste como "Raíces profundas", "El jinete pálido" o "Por un puñado de dólares" nos mostraban a ese forastero que llega a un lugar desconocido, actúa como detonante o solución del conflicto para a continuación marcharse, pero en la película de William Wyler nos encontramos con un Gregory Peck interpetando una vez más a ese arquetípico galán, hombre tranquilo diplomático y recto que tanta fama le dió durante toda su vida, y que en este caso no sólo cambiará radicalmente las vidas de los que le rodean, sino que llegará para quedarse allí.
Peck interpeta a James McKay, un capitán de barco proveniente de Baltimore que llega a Texas para pedir la mano de su prometida Patricia Terrill, una mimada y caprichosa hija de un terrateniente enfrentado con el patriarca del clan vecino, los Hanassey. Acostumbrado a la inmensidad de los océanos, McKay no se verá asustado ni mucho menos por el reto de las infinitas llanuras tejanas, pero su carácter sosegado y conciliador chocará rápidamente contra los modos bruscos y salvajes que se estilan en esa parte del país.
Con un reparto espectacular (a Gregory Peck le acompañan Charlton Hesto, Burl Ives, Jean Simmons, Carroll Baker y Chuck Connors), una banda sonora inolvidable y un Technirama (variante del scope) que resalta cada mota de polvo del gigantesco desierto tejano, "Horizontes de grandeza" es una película que desmitifica el western, lo reinventa y lo amplía para poder mostrar en toda su grandeza la naturaleza humana y los incentivos y pasiones que la mueven. Peliculón.
UNA ESCENA: La aparición de Burl Ives durante la fiesta en el rancho de los Terrill.
NOTA: 9/10
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